domingo, 8 de marzo de 2009

Galería Angel Romero Stammel,Barbara



Clavado ante un cuadro que mira fijamente , al igual que un retrato del barroco o la mirada del autoretrato de Rembrandth, una mirada intimista que habla de la persona del interior, un reflejo de nosotros mismos.

Exceptuando el perfil de una niña, los demás retratos nos miran fijamente y de modo frontal. Así se da la extraña situación de que el visitante predispuesto a ver y observar, se sorprende al verse observado

La repetición y frontalidad de la imagen y la colocación en línea crea una situación espejo, en la cual el visitante se mira a si mismo a través de los cuadros; una especie de “Sala de los Espejos”, a modo del Rococó/Barroco, pero sin su coquetería.
un repaso del retrato clasico pulido por la mirada contemporánea,reflejo social donde somos retratado explicitamente, sin nada de interior, solo fachada ¿o realmente no es asi?

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